Una de las implicaciones de la transformación digital es la ominicanalidad: la comunicación coordinada a través de todas las vías disponibles (email, web, sms, app móvil, cartelería digital y formatos en papel). Actualmente no hay suficiente con la multicanalidad, estando presentes y contactando con los clientes a través de múltiples canales. Ahora las empresas deben interrelacionar todos los canales de su marca entre sí, consiguiendo una comunicación omnicanal.
En la era digital en la que vivimos es fácil creer que la desaparición del papel es inminente, pero ¿cual es la situación real en la industria de la comunicación impresa?
La evolución de la industria de la comunicación impresa
En Europa el precio de la materia prima, la pulpa de papel, sigue manteniendo una tendencia creciente: en el 2001 Suecia vendía la tonelada de papel a 500€ y hoy lo hace a más de 700€.
En EEUU el índice de precios de la pulpa de papel en el mercado doméstico sigue reduciéndose moderadamente desde 2011 con un 15%. Los analistas de riesgos crediticios para las empresas del sector califican de riesgo alto la rentabilidad en la industria, y de riesgo medio la caída de la demanda. Debido al impacto de la digitalización es previsible que también disminuya la demanda de otros productos de la industria del papel (como el packaging o el tissue doméstico) pero el precio de la pulpa de papel no va a desplomarse.
La gran migración del papel
Las comunicaciones en papel no desaparecerán, migraran en su tecnología de producción. La transformación digital generará contenidos en papel personalizados e individualizados según las preferencias del consumidor en Internet, y según la diversidad de sus aplicaciones. El término paperless (sin papel) conllevará el uso de menos papel pero no su eliminación.
Algunas de las mayores fuerzas de venta tradicionales están en empresas nativas digitales, como Google. Las organizaciones ya se comunican a través de diferentes canales con sus clientes: redes sociales, web, email, sms, aplicaciones móviles y en formato papel.
Actualmente, se estima que anualmente se producen unos 100 millones de kilómetros de papel con tecnología de impresión digital. Esta tecnología posibilita el uso intensivo del color y la personalización para el usuario final. También reduce las largas tiradas tradicionales por una producción en el momento que se genera la demanda, reduciendo inventarios obsoletos y dando libertad y agilidad al proceso de edición. Los equipos Ricoh son motores de esta migración al mundo digital y la comunicación omnicanal.
La Asociación Española de Empresas de Serigrafía e Impresión Digital publicó un estudio en el que expone que el sector cuenta con 1500 empresas y con una capacidad de producción de 1000 millones de euros. También muestra que la impresión digital se contrata sobre todo para publicidad y también para decoración, estampación y textiles.
